5.4: Adversidad y estrés tóxico
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“Estrés” es un término comúnmente utilizado para describir la respuesta a las demandas que se encuentran a diario a lo largo de la vida, y está relacionado tanto con las experiencias positivas como con las negativas. Se denomina factores de estrés a los agentes que producen estrés. Los factores de estrés pueden ser físicos, emocionales, ambientales o teóricos, y todos ellos pueden afectar por igual la respuesta del organismo ante el estrés. La respuesta ante el estrés, también conocida como respuesta de “lucha o huida”, comprende los cambios fisiológicos que se producen al sentir estrés o estrés percibido (Cannon, 2013; Selye, 1976). Esta respuesta ante el estrés es el resultado de la estimulación del sistema nervioso simpático que da lugar a una cascada de respuestas inmuno-neuroendocrinas que incluyen un aumento de las respiraciones, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el consumo general de oxígeno (Chrousos & Gold, 1992; Dusek & Benson, 2009). Como se muestra en la Figura 6.4.1, el sistema nervioso simpático se compone de muchas vías que realizan diversas tareas en varios sistemas de órganos. El principal efecto final global del sistema nervioso simpático es preparar al cuerpo para la actividad física: una reacción corporal integral que afecta a muchos sistemas de órganos de todo el cuerpo (McCorry, 2007). En la mayoría de las situaciones, los cambios fisiológicos asociados a la respuesta ante el estrés son de corta duración, y el cuerpo vuelve a su estado habitual cuando se elimina el factor de estrés. [1] [2]
Figura 6.4.1. El sistema nervioso simpático. ([3])
Si bien cierto grado de estrés y adversidad es normal y forma parte esencial del desarrollo humano, la exposición a adversidades frecuentes y prolongadas, especialmente en ausencia de factores de protección, puede provocar estrés tóxico. El estrés tóxico infantil es una adversidad grave, prolongada o repetitiva con falta de atención o apoyo necesarios de un cuidador para prevenir una respuesta anormal ante el estrés (National Scientific Council on the Developing Child, 2014). Esta respuesta anormal ante el estrés consiste en un desajuste de la respuesta inmuno-neuroendocrina que da lugar a una activación prolongada del cortisol y a un estado inflamatorio persistente, con la incapacidad del organismo de normalizar estos cambios una vez que se elimina el factor estresante (Johnson, Riley, Granger & Riis, 2013; Wolf, Miller & Chen, 2008). Los niños que experimentan estrés tóxico en sus primeros años de vida corren el riesgo de sufrir efectos adversos para la salud a largo plazo que pueden no manifestarse hasta la edad adulta. Estos efectos adversos para la salud incluyen habilidades de afrontamiento mal adaptadas, mala gestión del estrés, estilos de vida poco saludables, problemas mentales, y enfermedades físicas (Boyce et al., 2021; Garner at al. 2012; Johnson, Riley, Granger & Riis, 2013). [4] [5]
Hay tres tipos generales de respuestas ante el estrés: [5]
Respuesta positiva ante el estrés. Se denomina respuesta positiva a la respuesta normal ante el estrés y es esencial para el crecimiento y el desarrollo de los niños. Las respuestas positivas ante el estrés son poco frecuentes, de corta duración y leves. Se apoya a los niños que experimentan eventos estresantes con fuertes amortiguadores sociales y emocionales, como la tranquilidad y la protección de los padres. Los niños ganan motivación y resiliencia con cada respuesta positiva ante el estrés, y las reacciones bioquímicas que se producen con dicho evento estresante vuelven a la normalidad (National Scientific Council on the Developing Child, 2014). Por ejemplo, conocer gente nueva o aprender a realizar una nueva tarea.
Respuesta tolerable ante el estrés. Las respuestas tolerables ante el estrés son más graves, frecuentes o sostenidas. El cuerpo responde en mayor medida en comparación con la respuesta positiva ante el estrés, y estas respuestas bioquímicas tienen el potencial de afectar negativamente la arquitectura del cerebro. Algunos ejemplos son el divorcio o la muerte de un ser querido. En las respuestas tolerables ante el estrés, una vez que la adversidad ha pasado, el cerebro y los órganos pueden recuperarse completamente si los niños están protegidos con relaciones receptivas y un fuerte apoyo social y emocional. Por lo tanto, una característica importante de la respuesta tolerable ante el estrés es el papel de los cuidadores. Los riesgos de impacto psicológico a corto y largo plazo pueden reducirse si los niños tienen relaciones de protección que los ayuden a afrontar estos acontecimientos (Shonkoff & Levitt, 2010). [6]
Respuesta ante el estrés tóxico. El estrés tóxico provoca una activación prolongada de la respuesta ante el estrés, sin que el organismo se recupere plenamente. Se diferencia de una respuesta normal ante el estrés porque hay falta de apoyo, tranquilidad o apego emocional por parte del cuidador. El insuficiente apoyo del cuidador impide la amortiguación de la respuesta ante el estrés o el retorno del organismo a su estado habitual.
Ejemplos de estrés tóxico incluyen el abuso, el abandono, la pobreza extrema, la violencia, la disfunción del hogar y la escasez de alimentos. Los cuidadores con problemas de drogadicción o de salud mental también predisponen a los niños a una respuesta ante el estrés tóxico. La exposición a factores estresantes diarios, menos graves pero crónicos, también puede ser tóxica para los niños (Yates, 2007). Los factores de estrés tóxicos de los primeros años de vida aumentan la vulnerabilidad a resultados de salud mal adaptados, como un estilo de vida poco saludable, la desigualdad socioeconómica y la mala salud. Sin embargo, estos factores no son los únicos que predicen o determinan el comportamiento o la salud de un adulto (Odgers & Jaffee, 2013; Shonkoff, Boyce & McEwen, 2009).
Referencias
[1] Franke (2014). Toxic stress: effects, prevention and treatment. Children, 1(3), 390-402. CC by 4.0
[2] Alshak & Das (2021). Neuroanatomy, sympathetic nervous system. StatPearls. CC by 4.0
[3] Imagen de Alshak & Das (2021). Neuroanatomy, sympathetic nervous system. StatPearls. CC by 4.0
[4] Centers for Disease Control and Prevention. (2021). Adverse childhood experiences prevention strategy. National Center for Injury Prevention and Control, Centers for Disease Control and Prevention.
[5] Franke (2014). Toxic stress: effects, prevention and treatment. Children, 1(3), 390-402. CC by 4.0
[2] Branco & Linhares (2018) The toxic stress and its impact on development in the Shonkoff’s Ecobiodevelopmental Theoretical approach. Estudos de Psicologia, 35, 89-98. CC by 4.0